La basílica de San Félix. La primera catedral de Girona hasta el siglo X es uno de los edificios góticos más representativos, sobre todo el esbelto campanario, construido entre los siglos XIV y XVI. De aspecto castillado y fuera de las murallas, la cabecera románica se completó con las naves góticas y la fachada barroca entre los siglos XIII y XVIII. Su interior conserva obras de arte remarcables, como los ocho sarcófagos paganos y paleocristianos (siglo lV) y el Cristo Yaciente (siglo XIV). Posteriormente se construye la capilla de San Narciso (siglo XVIII) de factura barroca y forma elíptica, sobre el emplazamiento donde antes había el claustro.